martes, 27 de abril de 2010

LA ESCARAMUZA DE LADRILLERA


La escaramuza de Ladrillera (Ladrillera de la Playa, bonito municipio del Sur) tuvo lugar en el año 1811 en un camino real próximo a las viñas del pueblo. Las crónicas del Licenciado Galindo, testigo casi directo del episodio, relatan fielmente todos los pormenores de aquel histórico acontecimiento.
Parece ser que un pelotón de Coraceros de Beaujolais franceses retornaba en estado de embriaguez de una venta cercana, donde los gabachos habían cenado berza, pescado frito y piriñaca, enriquecidos con abundantes libaciones del exquisito vino de la tierra. Intentaban reincorporarse a su destacamento con paso más bien vacilante, entonando canciones de dudoso gusto (“Si je pense à Fernande, je bande, je bande…”).
Simultáneamente y en similar estado, un grupo de Voluntarios Menestrales de La Viña avanzaba en sentido opuesto procedente de otra venta. Los bonitos uniformes amarillos con vivos morados, que acababan de estrenar, presentaban huellas más que patentes de la merendola a base de conejo al ajillo recién consumida. En aquella aguerrida compañía se hallaba (dato fundamental para el caso) el cabo Orencio Mañas, natural de Ladrillera y circunstancialmente vecino del Barrio de la Viña, motivo por el que había sido alistado en la recién creada unidad. Ellos también cantaban con voces inseguras fandanguitos y cantiñas.
Y quiso la casualidad que ambos grupos de bravos mílites se toparan de manos a boca en un recodo del camino. Esgrimieron los unos torpemente sus sables; echaron mano los otros con idéntica ineficacia a sus bayonetas… “¡Hijos de puta gabachos”… “¡Cochons espagnols de merde!”… De ahí para arriba. El caso es que ninguno de los dos contingentes se hallaba en condiciones ni estaba de humor para un enfrentamiento armado en regla; así que intercambiaron unos cuantos golpes e insultos más y pusieron pies en polvorosa, entendiendo los unos y los otros que habían cumplido más que de sobra.
Los correspondientes partes de bajas posteriores arrojaron, de lado francés, un herido por bayoneta en el glúteo izquierdo. Del lado español, una oreja seccionada por sable. Precisamente la oreja, la mítica oreja, del cabo Orencio Mañas.
Pues bien: el municipio de Ladrillera no olvida la heroica gesta y en este 199 aniversario del acontecimiento ha decidido celebrar por todo lo alto la gesta de su paisano Orencio, y así lo ha acordado en Pleno del Ayuntamiento por mayoría simple, ya que la oposición municipal, aún cuando conforme con la conmemoración en sí, pretendía modificar el programa de festejos; en particular incrementando las celebraciones religiosas y añadiendo un concurso de sevillanas rocieras.
De momento, se acordó que la denominación tradicional de la “Escaramuza de Ladrillera” fuera sustituida en lo sucesivo por el más acorde “Batalla de Ladrillera”, y aún hubo edil que propuso, como más solemne y adecuado “Guerra de Ladrillera”. Naturalmente, el centro de toda la conmemoración habría de ser el cabo Orencio Mañas, y. en especial, la oreja del cabo Orencio Mañas.
Ya sólo quedaba encomendar la organización de actos y festejos a una o varias empresas especialistas del ramo y votar el correspondiente presupuesto. Claro que la crítica situación de las arcas consistoriales obligaba a un cierto nivel de sobriedad, así que se decidió suprimir la proyectada piñata infantil y sustituir las bandas de seda, que habían de lucir las damas de honor, por otras más económicas de tejido acrílico.
Sí que se ejecutaría, claro está, el monumento a Orencio Mañas, encargado a un prestigioso artista de vanguardia bajo prescripción municipal. Representaría una gran oreja de bronce reposando sobre una panoplia, un par de castañuelas y un mantón de Manila. El toque local no podía faltar.
El critérium ciclista “Memorial Orencio Mañas”, la cabalgata conmemorativa de La Batalla de Ladrillera, la sardinada y la erizada municipales para autoridades e invitados… El futuro Museo Municipal de la Batalla tendría que exhibir productos de la artesanía local, trofeos deportivos obtenidos por los equipos de la Ciudad y objetos relacionados con la tauromaquia, ya que nada más caro a la fiesta nacional que la oreja, o las orejas.
Muchos más fastos se programaron para la ocasión: espectáculo carnavalesco con premios especiales para las agrupaciones que presentaran pasodobles y cuplés sobre Orencio, o sobre la oreja en sí; los concursos de coracera mayor y de cantinera mayor de los voluntarios habrían de cerrarse con un banquete municipal, al que serían invitadas diversas autoridades provinciales y autonómicas...
Naturalmente era preciso dotar de un equipo humano suficiente al evento: un concejal responsable artístico, un concejal responsable económico, un concejal responsable folclórico – gastronómico. Se nombraría comisario, vicecomisario y subcomisario, con sus respectivos equipos de imagen pública y secretaría. Nada podía fallar, ya que todos esos cargos serían adecuadamente retribuidos, capítulo aparte de los gastos de gestión indirecta.
El Señor Alcalde, don Filopodio Dontancredo, resumió en pocas palabras las características del evento: “emolumento y subvención; ésa es la consigna y de ella nadie logrará apartarnos.”

lunes, 19 de abril de 2010

CUERVO POLÍGLOTA



Un uso mediocre de la Lengua Inglesa siempre ha pesado como sambenito sobre los indios americanos. Me refiero a los supervivientes del Norte, a los que dejaron vivos por descuido los aguerridos pioneros del Far West y sus eficientes protectores, aquellos míticos jinetes del Séptimo de Caballería y afines.
Ya saben a qué me refiero: “hombre blanco hablar con lengua de serpiente”, “gran jefe estar en gran cascada” y expresiones semejantes.
Pero es un claro infundio que Doña Esperanza Aguirre haya encomendado su económica campaña de promoción de los colegios bilingües a un indio arapahoe. Cuervo Políglota no es responsable en absoluto del famoso “we want”, como se ha atrevido a insinuar alguna de la lenguas viperinas que se dedican a malmeter sobre el asunto. Y no quiero mentar nombres, porque entonces podría molestar a mi admirado vecino Ian Gibson, que hasta se mete con los letrericos en Inglés de la RENFE y de los aereopuertos.
Cuervo Políglota, descendiente directo del célebre arapahoe Pequeño Oso no ha sido. Y eso se puede demostrar fácilmente, ya que, en primer lugar, las tarifas del jefe Cuervo son bastante más moderadas, no llegan al pastazo que ha cobrado el padre (o madre) de la criatura. Él con un pernil de búfalo y unas libras de tabaco para la pipa va que arde. Y creo que, para muestra, un botón.
Una versión más fiable es la que atribuye el origen del error lingüístico al traductor de Google, capaz, como es sabido, de las mayores atrocidades lexicológicas y gramaticales, y eso sí que sale barato, así que no me cuadra. Tampoco cabe desechar la hipótesis (bastante extendida) de que el texto fuera encargado a los responsables de “Gomespuminglish”, que ya sabemos cómo las gastan.
En cualquier caso, desmentido categórico: Esperanza Aguirre no tiene un asesor arapahoe, ni comanche, ni apache, ni de ninguna otra de las naciones Indias.